Después de haber pasado un par de años sin jugarlo, volví jugar 'Super Metroid' con la intención de terminarlo completamente. La última vez que lo jugué lo dejé inacabado. Era una deuda pendiente. Pero ahora lo he terminado por completo y puedo decir, sin temor a equivocarme, que se trata de uno de los pináculos de la Super Nintendo y uno de los mejores juegos de la historia. No hay nada que se salga de las manos, todo luce afinadamente sincronizado. Es un juego de acción-aventura y de plataformas en 2D que, prácticamente, innova el estilo de metroidvania cuando presenta una gran cantidad elementos y fuentes de exploración en un mapa gigantesco. Al iniciar asumo el control de Samus Aran mientras exploro las entrañas del planeta Zebes y sigo las órdenes de localizar a la larva de Metroid y evitar que los piratas de Ridley tengan uso de sus facultades. Hay cuatro jefes principales repartidos inteligentemente en cinco regiones: Crateria, Brinstar, Wrecked Ship, Maridia y Norfair. Para llegar a ellos recorro el mapa, combatiendo distintos enemigos y buscando habilidades de mejoras como los tanques de energía, los misiles, las bombas de poder, el traje Varia, el gancho, la bola morphing y el salto espacial. Y todo se conecta de una manera brillante cuando los obstáculos me ponen a pensar, con una sólida cohesión que jamás pierde el ritmo al acceder a las distintas zonas ocultas. Como no es lineal, no me canso de explorar hasta completar los niveles. El apartado gráfico es maravilloso al retratar las atmósferas, las características de los escenarios y el nuevo diseño de Samus, acompañado a su vez de una banda sonora muy tensa. Mi única queja se fundamenta en algunas combinaciones de botones de los controles, que pueden ser algo tediosas a la hora de combatir. Lo otro es fenomenal. Al final, cuando derroto a Mother Brain, salgo cautivado y convencido de que he jugado una joya. Es un juego inolvidable.
Calificación: 9/10
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