Durante años, quizá desde que tuve por primera vez una videoconsola de Nintendo 64 a mediados de los 90, siempre quise jugar Mischief Makers, juego de plataformas desarrollado por Enix y Treasure. Fue el primer juego de desplazamiento lateral en 2D para Nintendo 64. Era uno de esos títulos que veía en las estanterías de las tiendas de videojuegos y que, por cosas de la vida, nunca pude obtener un cartucho para jugarlo, pero hoy finalmente lo he terminado por completo y puedo decir, sin temor a equivocarme, que se trata de uno de los peores juegos que he jugado en la N64, uno que se encarga de quitarme más de seis horas de mi vida con unos personajes sin gracia, una jugabilidad tediosa y mecánica en la que prácticamente solo tengo que atrapar objetos hasta sentirme con ganas de tirar el control por la ventana. Y no es que se trate de algo difícil, todo lo contrario. Es absurdamente fácil, pero es tan repetitivo que me quita el interés de inmediato.
En el trayecto controlo a Marina, una doncella robótica con la que viajo al planeta Clancer para rescatar a su creador, el doctor Theo, de un malvado emperador que aterroriza al mundo con sus fuerzas imperiales. A través de cinco mundos caricaturescos, con aproximadamente 52 niveles, me desplazo con Marina derrotando enemigos con una sencilla mecánica de jugabilidad que consiste en agarrar, sacudir y lanzar objetos. Marina se mueve con libertad en todas las direcciones, además de que corre, puede rodar, se desliza y hace super saltos con el jetpack. Mi objetivo es terminar cada nivel alcanzando una estrella warp colocada al final. Hay también gemas de colores (azules, rojas, verdes) para incrementar la barra de vitalidad, y, especialmente unas gemas doradas que son coleccionables para desbloquear la escena final del juego. En uno que otro nivel se conjunta la mecánica de acción de plataformas y los rompecabezas que me ponen a pensar. Pero a mi juicio no es tan original como aparenta. Los controles son poco intuitivos y constantemente me confundo presionando el botón equivocado al atrapar enemigos. Con excepción de los principales y los jefes, el diseño de los personajes me resulta innecesariamente genérico, pero me agrada ese estilo de anime con el que se anima la cara de Marina. Los escenarios pre-renderizados están construidos con unos gráficos en 2.5D y unas texturas algo mediocres que parecen calcomanías de papel pegadas sobre un fondo, aunque a veces se utilizan efectos especiales de escala y rotación de pantalla durante los combates con los jefes para variar la perspectiva a 3D.
Lo más irritante, supongo, es la tonta repetición de estar rescatando al científico secuestrado infantilmente una y otra vez. Al rato me canso de estar atravesando obstáculos ridículamente fáciles, agarrando alienígenas extraños con rostros tristes, sacudiendo cosas hasta que broten gemas, lanzando por los cielos a jefes que no suponen ningún tipo de desafío o algo remotamente divertido. Solo destaco, por encima de todo, esa música placentera y los efectos de sonido que me contagian con las voces de los personajes, principalmente la voz de Marina cuando dice el característico 'Shake, Shake!' luego de sacudir cosas. Todo lo demás, incluyendo la necesidad de explorar, me causa aburrimiento y dolor de cabeza.
Calificación: 4/10
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