Para iniciar el año nuevo, agarro el control y paso un rato placentero jugando Final Fight 3, el clásico de Capcom de Yo contra el barrio publicado para la Super Nintendo (SNES) y producido por Tokuro Fujiwara. Fue uno de los últimos juegos de Fujiwara antes de su partida de Capcom, y el tercero en la saga de Final Fight. A decir verdad no cambia mucho y la jugabilidad retiene algunos de los elementos del predecesor, Final Fight 2, pero implementa mejoras diminutas que hacen que el combate sea entretenido durante una hora de pura lucha callejera, sobre todo si se juega en modo solitario. Antes de empezar, se puede cambiar la dificultad y también elegir el modo de juego. Presenta cuatro niveles de dificultad seleccionables: fácil, normal, difícil y experto. También permite que uno pueda jugar cooperativo con un compañero controlado por la CPU, lo que facilita los encuentros de muchos enemigos, aunque una vez que se le acaban las vidas, no puede continuar asistiendo. Se puede elegir entre cuatro personajes jugables, cada uno con un estilo particular de combate y técnicas especiales que se activan al llenar la barra de super, con la que se puede derrotar a un contrincante débil de un solo golpe o causar un daño considerable a un jefe. Entre ellos se encuentran los clásicos como Guy y Mike Haggar, junto a otros nuevos como Dean y Lucia. Esos cuatro personajes se abren camino por los bajos fondos de la ciudad Metro con el objetivo de restablecer el orden deteniendo el asalto de la Skull Cross Gang, una pandilla que intenta controlar la ciudad por la fuerza para tomar el poder dejado por la banda Mad Gear. Yo elijo la dupla de Guy y Haggar. Con un estupendo apartado gráfico en 2D, me desplazo con ellos a lo largo de seis niveles en los que me enfrento a diversos pandilleros y a los jefes que aparecen al final de cada nivel. La jugabilidad es sencilla y consiste solo en avanzar moviéndose, saltando y atacando para acabar con los enemigos, además de ejecutar técnicas especiales. Ahora ofrece la posibilidad de correr rápido y de ejecutar combos. Asimismo, como en las anteriores, tengo acceso a armas, alimentos que restauran la salud y escenarios de puntos de bonificación. Desafortunadamente, solo dan cinco vidas por cada uno de los cinco créditos, aunque es suficiente para terminarlo. La música es contagiosa en los seis escenarios. El final del juego cambia según el personaje seleccionado. Y nunca lo siento repetitivo. Es un beat 'em up muy entretenido que en ningún momento me deja de emocionar.
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