La historia que me cuenta tiene lugar en la ciudad ficticia de Fortune Valley, en la que asumo los roles de Tyler "Ty" Morgan (Jack Derges), Sean "Mac" McAllister (David Ajala) y Jessica "Jess" Miller (Jessica Madsen), tres corredores experimentados en diferentes áreas de conducción que, tras ser traicionados e involucrados en el robo de un Koenigsegg Regera planificado por la malvada Lina Navarro (Dominique Tipper), se unen Marcus "The Gambler" Weir para vengarse de La Casa, un sindicato del crimen que por medio de Lina y su jefe, El Coleccionista, controla el mercado negro de carros de la ciudad, así como también los casinos, los ladrones y la policía. El desarrollo de los personajes es prácticamente nulo, con unas motivaciones tan vacías como un neumático desinflado, propensos a rellenar el formulario de descripciones de la narrativa más básica de atracos, venganza y acción exagerada. Son presentados como el típico equipo de corredores que, al estilo de 'Fast & Furious', deciden enfrentarse a los pandilleros de carros venciendo varios clubes para saldar la deuda en secuencias de acción inútiles. Están trazados sin fuerzas, con un carisma fingido. Son rápidos pero no furiosos.
La jugabilidad me permite controlar a tres personajes jugables que cuentan con distintas habilidades de conducción en el mundo abierto de una selva urbana donde hay una multitud de misiones secundarias, estaciones de combustible, garajes, trampas de velocidad, eventos de carreras y autopistas para pruebas de nitro. Con cada uno de ellos accedo a uno de los cuatro modo de carreras que hay disponible en la campaña principal, siendo estos "Racer", "Drift", "Offroad", "Runner" y "Drag". Tyler se encarga del modo "Racer", en competiciones en la calle que adquieren el formato de circuito con varias vueltas y sprint de una sola vuelta, así como del clásico dragueo en pistas rectas que recorro con autos de transmisión mecánica. Sean es el especialista en Drift, en carreras de carros preparados para curvas cerradas, y, también, en Offroad, que son las carreras a todo terreno por los caminos del desierto y las montañas. Y Jess es la encargada de la sección de 'Runner', la cual consiste en manejar un coche a toda marcha por la ciudad para concretar tareas específicas de transporte y de escape de la policía.
Una de mis principales quejas con este sistema de juego, además de las abusivas microtransacciones, es que la compra y la personalización de ciertos autos está restringida a un modo en particular, por lo que tengo que comprar dos y hasta tres veces el mismo carro de mi preferencia para subir de nivel y acceder a un modo distinto si quiero avanzar en las misiones primarias para desbloquear autos más veloces, además de que, como si fuera un RPG, una y otra vez me obliga a personalizarlos comprando las cajas de recompensas vestidas de tarjetas de velocidad sin importar la categoría a la que pertenezcan. Las carreras no son tan difíciles, ni siquiera en las dificultades más altas, pero constantemente hallo problemas en la escasez de fondos y la imposibilidad de competir contra corredores con autos de mayor envergadura si mis autos no tienen el nivel requerido, por lo que me condena a repetir lo malditos eventos de carreras o ciertas misiones para ganar el dinero necesario para subir de nivel.
Semejante estupidez solo extiende innecesariamente el progreso del juego y me hace sentir que trabajo al doble y gasto más dinero de lo necesario, sin mencionar la forma reiterativa de cada una de las misiones. Y me temo que no tienen ninguna sorpresa. Pronto me invade el aburrimiento que amenaza con sacarme de quicio cuando controlo autos incontrolables por los circuitos repletos de calles inmanejables y las habituales persecuciones de policía con IA de banda elástica que se producen sin ninguna sorpresa, dicho sea de paso, por las misiones en las que hago de taxista de Uber para escapar por el punto de control más cercano. También me molestan las voces del doblaje en los interiores del vehículo. El daño producido por los choques es sencillamente ridículo, como si los autos estuviesen hechos de cartón.
Del apartado técnico, encuentro una dejadez enorme escuchando los efectos de sonido de los carros, y también la selección pobre de canciones del soundtrack, de la que milagrosamente solo excluyo la genial "Perplexing Pegassus", de Rae Sremmurd. Pero, otro lado, rescato las gráficas construidas con el motor Frostbite 3, que a una tasa fija de 60 cuadros por segundo añade una buena capa de textura al diseño de los autos y a los detalles de las diferentes locaciones de la ciudad y los bosques montañosos de las periferias, al igual que el resultado que logra con la ejecución de captura sobre los rostros y el físico de los actores.
Desafortunadamente, es no me impide bostezar o caer prisionero de una rabia que pone mi control a peligrar. Hay mucha variedad en Fortune Valley, pero en sus calles no hay ningún factor de diversión. Llega un punto donde la experiencia pasa del plano repetitivo a las competencias banales que borran de la carretera cualquier rastro de emoción. Como juego de carreras, su espectáculo arcade de carros exóticos me parece una tontería descomunal que, sospecho, ningún parche puede arreglar.
Desarrolladora: Ghost Games
Distribuidor: Electronic Arts
Año: 2017
Género: Carreras
Consola: PlayStation 4
Calificación: 4/10
Desarrolladora: Ghost Games
Distribuidor: Electronic Arts
Año: 2017
Género: Carreras
Consola: PlayStation 4
Calificación: 4/10
Análisis breve y opinión de 'Need for Speed: Payback' para PlayStation 4, desarrollado por Ghost Games y publicado por Electronic Arts.
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