El concepto de Beyond: Two Souls me parece uno de los más originales y sorpresivos de la antepasada generación de videoconsolas. Es un juego audaz, espectacular y muy profundo. No sé por qué había durado tanto para jugarlo. Cuentan que tuvo su estreno en el Festival de Cine de Tribeca 2013, logrando ser el segundo juego reconocido por el festival. La razón es simple. No solo se trata de un videojuego de acción-aventura con algunos elementos de sigilo, sino también de una ficción interactiva que se beneficia, en ocasiones, de una jugabilidad inteligible, de un sólido apartado gráfico y de una banda sonora magistral para contar, a través de una narrativa no lineal, un cuento sobre espionaje, actividad paranormal y seres inmateriales, desde la óptica de una mujer que busca su propio lugar entre dos mundos.
A través de varios episodios, me relata la existencia de Jodie Holmes (Ellen Page), una muchacha que desde su nacimiento ha estado vinculada a una entidad inmaterial llamada Aiden y que, para sorpresa de muchos, tiene poderes sobrenaturales que le permiten interactuar con los recuerdos de los muertos y las almas que divagan por los alrededores. Jodie me cuenta su vida por medio de los flashbacks, en los momentos que recuerda su infancia infeliz como niña inocente, la confusión y la rebeldía de su adolescencia y la adultez en la que se convierte en una fugitiva buscada por agentes de la CIA. No está narrada de forma cronológica. En cada capítulo controlo a Jodie y también a Aiden mientras buscan respuestas a la naturaleza del fenómeno y se relacionan con Nathan Dawkins (Willem Dafoe) y Cole Freeman (Kadeem Hardison), dos miembros del Departamento de Actividad Paranormal de los Estados Unidos que actúan como figuras paternales de ella y estudian su caso.
Como en la mayoría de los juegos desarrollados por Quantic Dream, la mecánica de jugabilidad se basa en la narración interactiva, en la que cada decisión que tomo con el personaje que controlo, sea dialogando con otros personajes o ejecutando acciones específicas, altera drásticamente el curso de los acontecimientos narrados, usualmente mostrada mediante eventos de tiempo rápido y objetos interactivos marcados con un punto blanco. Mis elecciones van revelando la trama del juego, además de afectar el diálogo y el desarrollo de la historia.
La posibilidad de elegir las acciones morales me resulta novedosa porque rompe el esquema predeterminado y tradicional de los juegos. Aquí solo se puede controlar a dos personajes inseparables que están obligados a combinar sus actos. El primero es Jodie, cuyas acciones se limitan a desplazarse caminando (corre pocas veces), tocar los objetos, disparar armas en algunos segmentos, interactuar con las almas de los caídos. El segundo es Aiden, una especie de espíritu silencioso que, desde una perspectiva en primera persona, me permite atravesar las paredes y los techos, poseer los cuerpos de los individuos sin que estos sean conscientes para avanzar en ciertos pasajes y la capacidad de mover los objetos usando la telequinesis. Hay niveles en los que se emplea constantemente el cover system para las misiones de sigilo, así como la eventualidad de que, en cámara lenta, Jodie pueda evadir y ejecutar diversos ataques solo con la palanca derecha, visibles en los combates cuerpo a cuerpo de las misiones de infiltración. Aunque me toma un tiempo adaptarme a los controles, no me cabe duda de que resultan innovadores en el sentido del movimiento y de la acción. No necesito desafío ni complicaciones innecesarias cuando detecto sencillez e inteligencia.
De los gráficos tampoco tengo queja alguna cuando veo el diseño físico de los personajes concebido con las capturas de movimiento de los actores y los impresionantes detalles de la ambientación que le dan un tono serio y consistente a lo que se narra en cada episodio, llevando la consola hasta los límites. El trabajo de captura de movimiento es digno de aplaudir. Ellen Page y Willem Dafoe, quienes trabajaron durante el proyecto de un año en el estudio de Quantic Dream en París, se sienten orgánicos y muy creíbles. Dafoe lo hace bien como el científico que actúa de figura paternal y desciende hacia la locura para subsanar una tragedia personal; pero es el rol de Page lo que transforma la experiencia en algo verdaderamente emocionante, convirtiéndose en el alma del juego cuando imprime sobre su rostro tridimensional las inquietudes de Jodie recurriendo a los gestos, la mirada y la voz, así como la pericia física para las secuencias de acción.
Además de los gráficos, en la clasificación técnica encuentro muy melodiosa la música de Lorne Balfe, que no solo ayuda a amplificar el halo emocional de la historia, sino también los estados de ánimo de la protagonista que se describen en ciertas cinemáticas con suites melancólicas y orquestaciones electrónicas. Señalo también la efectividad de los efectos de sonido. Una de las pocas cosas que me molesta se halla en las limitaciones con la rotación de la cámara en tercera persona.
En el trayecto, la aventura se vuelve compleja, oscura y, sobre todo, muy gratificante por la manera en que se desarrollan los conflictos internos de la heroína. Creo que es uno de los mejores juegos que he jugado en la PS3. Demuestra la habilidad que tienen los desarrolladores a cargo David Cage para narrar historias interactivas que son arriesgadas y fascinantes, sin perder en ningún momento el horizonte filosófico orientado a retar mi cerebro y a conquistar mis emociones.
Desarrolladora: Quantic Dream
Distribuidor: Sony Computer Entertainment
Año: 2013
Género: Acción-aventura, ficción interactiva
Consola: PlayStation 3
A través de varios episodios, me relata la existencia de Jodie Holmes (Ellen Page), una muchacha que desde su nacimiento ha estado vinculada a una entidad inmaterial llamada Aiden y que, para sorpresa de muchos, tiene poderes sobrenaturales que le permiten interactuar con los recuerdos de los muertos y las almas que divagan por los alrededores. Jodie me cuenta su vida por medio de los flashbacks, en los momentos que recuerda su infancia infeliz como niña inocente, la confusión y la rebeldía de su adolescencia y la adultez en la que se convierte en una fugitiva buscada por agentes de la CIA. No está narrada de forma cronológica. En cada capítulo controlo a Jodie y también a Aiden mientras buscan respuestas a la naturaleza del fenómeno y se relacionan con Nathan Dawkins (Willem Dafoe) y Cole Freeman (Kadeem Hardison), dos miembros del Departamento de Actividad Paranormal de los Estados Unidos que actúan como figuras paternales de ella y estudian su caso.
Como en la mayoría de los juegos desarrollados por Quantic Dream, la mecánica de jugabilidad se basa en la narración interactiva, en la que cada decisión que tomo con el personaje que controlo, sea dialogando con otros personajes o ejecutando acciones específicas, altera drásticamente el curso de los acontecimientos narrados, usualmente mostrada mediante eventos de tiempo rápido y objetos interactivos marcados con un punto blanco. Mis elecciones van revelando la trama del juego, además de afectar el diálogo y el desarrollo de la historia.
La posibilidad de elegir las acciones morales me resulta novedosa porque rompe el esquema predeterminado y tradicional de los juegos. Aquí solo se puede controlar a dos personajes inseparables que están obligados a combinar sus actos. El primero es Jodie, cuyas acciones se limitan a desplazarse caminando (corre pocas veces), tocar los objetos, disparar armas en algunos segmentos, interactuar con las almas de los caídos. El segundo es Aiden, una especie de espíritu silencioso que, desde una perspectiva en primera persona, me permite atravesar las paredes y los techos, poseer los cuerpos de los individuos sin que estos sean conscientes para avanzar en ciertos pasajes y la capacidad de mover los objetos usando la telequinesis. Hay niveles en los que se emplea constantemente el cover system para las misiones de sigilo, así como la eventualidad de que, en cámara lenta, Jodie pueda evadir y ejecutar diversos ataques solo con la palanca derecha, visibles en los combates cuerpo a cuerpo de las misiones de infiltración. Aunque me toma un tiempo adaptarme a los controles, no me cabe duda de que resultan innovadores en el sentido del movimiento y de la acción. No necesito desafío ni complicaciones innecesarias cuando detecto sencillez e inteligencia.
De los gráficos tampoco tengo queja alguna cuando veo el diseño físico de los personajes concebido con las capturas de movimiento de los actores y los impresionantes detalles de la ambientación que le dan un tono serio y consistente a lo que se narra en cada episodio, llevando la consola hasta los límites. El trabajo de captura de movimiento es digno de aplaudir. Ellen Page y Willem Dafoe, quienes trabajaron durante el proyecto de un año en el estudio de Quantic Dream en París, se sienten orgánicos y muy creíbles. Dafoe lo hace bien como el científico que actúa de figura paternal y desciende hacia la locura para subsanar una tragedia personal; pero es el rol de Page lo que transforma la experiencia en algo verdaderamente emocionante, convirtiéndose en el alma del juego cuando imprime sobre su rostro tridimensional las inquietudes de Jodie recurriendo a los gestos, la mirada y la voz, así como la pericia física para las secuencias de acción.
Además de los gráficos, en la clasificación técnica encuentro muy melodiosa la música de Lorne Balfe, que no solo ayuda a amplificar el halo emocional de la historia, sino también los estados de ánimo de la protagonista que se describen en ciertas cinemáticas con suites melancólicas y orquestaciones electrónicas. Señalo también la efectividad de los efectos de sonido. Una de las pocas cosas que me molesta se halla en las limitaciones con la rotación de la cámara en tercera persona.
En el trayecto, la aventura se vuelve compleja, oscura y, sobre todo, muy gratificante por la manera en que se desarrollan los conflictos internos de la heroína. Creo que es uno de los mejores juegos que he jugado en la PS3. Demuestra la habilidad que tienen los desarrolladores a cargo David Cage para narrar historias interactivas que son arriesgadas y fascinantes, sin perder en ningún momento el horizonte filosófico orientado a retar mi cerebro y a conquistar mis emociones.
Desarrolladora: Quantic Dream
Distribuidor: Sony Computer Entertainment
Año: 2013
Género: Acción-aventura, ficción interactiva
Consola: PlayStation 3
Calificación: 8/10
Análisis breve y opinión de 'Beyond: Two Souls' para PlayStation 3, desarrollado por Quantic Dream y publicado por Sony Computer Entertainment.
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