Análisis de 'Grand Theft Auto III' para PlayStation 2 (PS2)



Todavía recuerdo como si fuera hoy la primera vez que jugué al Grand Theft Auto III. Era el 2002. El juego de Rockstar se había estrenado anteriormente en 2001 para la consola de PS2 y se convirtió de inmediato en el videojuego más vendido de ese año, además de recibir una aclamación unánime de la crítica especializada y de los videojugadores que, al igual que yo, todavía teníamos el vicio de GTA2 en Windows 98 sobre nuestras manos, por lo que atestiguar un juego de mundo abierto en 3D de semejante envergadura era algo insólito. Como no tenía la consola, aproveché que estrenaba una nueva PC con Windows XP para descargarlo y jugarlo con teclado y ratón. Las gráficas y la jugabilidad en aquel tiempo me parecían grandiosas, y pasé muchísimas horas en Liberty City causando caos con todo tipo de armas y manejando coches robados para divertirme con los policías que me perseguían con la sirena puesta hasta llenar mis estrellitas de forajido y solicitar refuerzos del ejército para tatuarme con el “wasted” a base de tanques de guerra y helicópteros. Sin embargo, era lo único que hacía en el juego para distraerme durante horas. Siempre había omitido la campaña principal en su totalidad.

Es ahora, tras cerca de 20 años y unas cuantas sesiones de juego de más de 20 horas, cuando finalmente completo todas las misiones de Grand Theft Auto III y, a decir verdad, me hace pasar un rato bastante placentero. Pasando algunas páginas a la izquierda, no creo que sea tan innovador como usualmente se dice que es, porque más bien recopila varios elementos de otros juegos anteriores y los absorbe a la estética de Grand Theft Auto. Pero su jugabilidad me engancha en todo momento y rara vez tiene una que otra misión que no sea entretenida, a pesar de ligeros gusanos gráficos y de algunas contrariedades en el sistema de combate con armas de fuego. Su propuesta de mundo abierto en 3D es tan sólida como la culata de una pistola cuando presenta la travesía de ese ratero mudo de bajo perfil sumergido en el mundo del crimen organizado de las calles de Liberty City, donde en todo momento hay guerras de pandillas y olas de violencia inesperada que se resuelven a tiro limpio.


Claude en Grand Theft Auto III

 
El protagonista silente que controlo se llama Claude y es un criminal que se gana la vida robando bancos en la ciudad ficticia de Liberty City (basada claramente en la ciudad de Nueva York). La trama sigue a Claude luego de ser traicionado por su novia Catalina (voz de Cynthia Farrell) durante el atraco a un banco. Luego de que la policía arresta a Claude, este escapa durante el traslado a la prisión gracias a unos miembros del cartel colombiano que emboscan el transporte para secuestrar a otro prisionero. Tras la fuga, el fugitivo Claude conoce a 8-Ball, su compañero convicto que es experto en explosivos. Con el contacto de 8-Ball, Claude empieza a laborar como matón para los Leone, una familia mafiosa controlada por Don Salvatore Leone (voz de Frank Vincent) que dirige el distrito de Portland, donde ejecuta misiones que le hacen ganarse el respeto del jefe cuando saca de la escena a los miembros de la tríadas en una violenta guerra, ocasionada, sobre todo, porque se niegan a pagar la cuota de protección de los negocios que administran. Sin embargo, tras una misión junto a 8-Ball para destruir un laboratorio de drogas en un barco del cartel colombiano que busca expandirse en la ciudad, Salvatore ordena el asesinato de Claude. Pero Claude, anticipa la trampa y mata a Salvatore al salir de uno de sus negocios.


Grand Theft Auto III (PS2). Fotograma de Rockstar Games.


Claude, como personaje, carece de desarrollo más allá de la descripción que sustenta su motivación en la superficie (un criminal que desea vengarse de su ex novia) y su historia es, digamos, convencional sin muchos apuros. Su aspecto se asemeja al de un rockstar con las patilla largas, la chaqueta de cuero negra y los pantalones militares. Es un sujeto que, por casualidad, trabaja para diferentes organizaciones criminales que tienen el mismo enemigo en común (el cartel colombiano), y eso lo obliga a quedarse para rastrear el paradero de Catalina, porque ella pertenece a esa tropa. Por lo visto es desconfiado y astuto, sigue las órdenes de los jefes con cautela, esperando siempre lo peor. Su aventura delictiva continúa en el distrito de Stauton Island al otro lado del río, donde realiza encargos para los jefes de la Yakuza Asuka (voz de Lianna Pai) y Kenji Kasen (voz de Les JN Mau), el policía corrupto Ray Machowski (voz de Robert Loggia) y el magnate de los medios Donald Love (Kyle Maclachlan). Ellos le ordenan a Claude a que mate a sus enemigos a sangre fría, robe documentos valiosos, destruya cargamento de drogas, provoque guerras entre mafias y traslade gente de un lugar para otro, en una ciudad salvaje compuesta por tres islas donde se impone la ley del más fuerte, y donde el crimen y la corrupción está a la vuelta de la esquina.


Grand Theft Auto III


Una de las mayores novedades del juego con relación a las predecesoras Grand Theft Auto y Grand Theft Auto 2, es que se desarrolla en un mundo abierto que es tres veces más grande y abandona la cámara desde arriba para mostrar la jugabilidad en una perspectiva en tercera persona que ofrece, en cierta medida, la posibilidad de transitar libremente por una ciudad a pie o en automóviles. Ese componente ya se había implementado antes en juegos como Driver (junto a su secuela) y Crazy Taxi, pero la diferencia que lo separa es que el personaje que controlo puede realizar actividades diversas como un transeúnte cualquiera, sin ninguna restricción lineal para cumplir un objetivo. O sea, que la jugabilidad redefine el concepto de caja de arena (sandbox), donde puedo explorar con mi personaje cada rincón dentro de los límites de la ciudad, completar los objetivos de distintas formas y causar estragos a mi antojo para entretenerme, como un niño que juega en la arena con sus juguetes.

La mecánica de jugabilidad y el diseño de mundo abierto es lo que consigue que cada una de las misiones sean entretenidas, porque hay mil maneras posibles de completarlas, en cualquier dirección, lejos de las que ilustran objetivos preestablecidos. El juego muestra dos tipos de misiones. Primero están las misiones principales, las cuales debo terminar recibiendo las instrucciones de los jefes y siguiendo los puntos mostrados en el mapa para progresar en la historia y que, de alguna forma, contienen objetivos establecidos que se completan de una única manera, además de que desbloquean otras áreas del mapa de la ciudad para avanzar. Las demás son misiones secundarias que se pueden hacer de forma opcional, en las que recibo quehaceres específicos por teléfono.



 
Las misiones consisten básicamente en matar a pandilleros y manejar todo tipo de autos robados de los ciudadanos honestos que transitan por las vías de Liberty City para llegar rápido a los puntos indicados. Hay también otras misiones complementarias que se activan al montar ciertos vehículos de servicios sociales como las patrullas de policía, los camiones de bomberos, las ambulancias y los taxis amarillos, con el fin de auxiliar pasajeros heridos como paramédico, apagar incendios y atrapar ladrones a cambio de dinero, aunque son un tanto repetitivas. Adicionalmente es posible tener varias misiones disponibles a la vez, aunque algunas requieren de cierto progreso para desbloquearse. Y como toda su presentación es la de un mundo abierto, con Claude puedo conducir coches atracados, provocar a peatones y policías y caminar por las calles sin necesidad de iniciar ninguna misión.

La jugabilidad permite que Claude, el único personaje que controlo, pueda ejercer múltiples acciones básicas, como caminar, correr, saltar, disparar, conducir, montarse y desmontarse de cualquier vehículo a lo largo del mundo del juego. Adicionalmente, Claude también puede disparar desde el carro. Para consumar las tareas que se me asignan, tengo a mi disposición una amplia gama de armas, como pistolas, escopetas, ametralladoras, lanzacohetes, rifle francotirador, granadas, bates de béisbol, además de puños cerrados para las peleas callejeras. Entre los autos manejables se encuentran los taxis, los autos, los camiones, los autobuses y las camionetas. No hay puntos de chequeo. Solo se puede guardar el avance en los garajes, junto con los carros que estacione allí. Y por cada misión, gano dinero. Con ese dinero, puedo ir a la tienda para comprar las armas a un precio razonable y armadura corporales que disminuyen el daño absorbiendo los disparos.


Claude en GTA3.

 
Por otro lado, si Claude sufre un daño considerable puedo recuperar su medidor de salud consumiendo las tabletas de los hospitales, pero si muere, reaparece en el hospital más cercano a costa de perder todas las armas. Durante los enfrentamientos puedo asaltar a un solo enemigo o varios al mismo tiempo con el sistema de puntería automática, aunque, a decir verdad, la respuesta de los controles es un poco torpe a la hora de apuntar y disparar, haciendo que uno se equivoque al seleccionar un enemigo en más de una ocasión, al igual que el combate cuerpo a cuerpo afectado por la falta de movimiento y la torpeza. También es notable que los miembros de las pandillas rivales me disparen si paso por su territorio controlado, incrementando el peligro en las calles de la ciudad. Solo la mecánica de conducción es, a mi parecer, el elemento de mayor solidez, a pesar de que algunos vehículos son difíciles de maniobrar y se vuelcan fácilmente.

Como ya es usual en la franquicia, el juego me recompensa en cada misión, pero al darme completa voluntad de las acciones del personaje que controlo en el mundo abierto, me penaliza dependiendo los delitos en exceso que cometa en las calles. En caso de que Claude cause pánico en las calles, disparando y atropellando a los viandantes, las estrellas de notoriedad se incrementan hasta activar a los agentes de la ley y el orden que salen de todas partes en patrullas para detenerlo en una cacería urbana. Hay hasta seis estrellas del medidor de notoriedad, y mientras mayor sea el nivel de “buscado”, más agresiva se vuelve la respuesta de la policía durante las persecuciones, siendo la llegada de militares con tanques de guerra el más alto. Dependiendo el nivel de notoriedad, solo se puede escapar de la policía huyendo de la zona de visión de los oficiales o reparando el coche en el taller de pintura.




Para ser uno de los juegos del segundo ciclo de lanzamiento de la PS2, a día de hoy el apartado técnico de Grand Theft Auto III se sigue viendo impresionante en su estado de 128 bits. Aprovechando el motor gráfico RenderWare, el equipo de desarrolladores de Leslie Benzies logra crear un mundo abierto que es bastante acertado diseñando la ciudad de Liberty City y renderizando los edificios, los automóviles, los peatones, los árboles, las colisiones, las avenidas y las luces, además de que le añade un trato atmosférico que se preocupa por el cambio de clima (la niebla, la lluvia, las tormentas y las horas del día y de la noche). Todavía se ve preciosa en una televisión CRT. Y el diseño de cómic de los personajes es fantástico. Considerando las limitaciones de solo 32MB de RAM de la consola, es increíble que mantenga todo el entorno a una velocidad de fotogramas fija y sin ningún tipo de lag. El motor de física detalla las interacciones de los objetos en el mundo a través de una forma de transmisión que reduce drásticamente los tiempos de carga, por lo que uno nunca tiene que esperar a que se cargue el mapa y todas las acciones suceden en tiempo real sin muchas complicaciones, otorgando una sensación que amplía el factor de interactividad del juego.



 

Los efectos de sonido también me parecen bastante percutivos al evocar los disparos, las explosiones, los neumáticos, el motor de los carros, los puñetazos, los choques, las sirenas, los gritos, las voces de los ciudadanos y los policías, el doblaje de los personajes secundarios y muchos otros ruidos que se escuchan a lo largo del juego.

Por otro lado, la banda sonora también es fenomenal. Al igual que en GTA2, la banda sonora se compone a través de los temas musicales que suenan en las estaciones de radio que se pueden cambiar en los automóviles que conduzco, pero la diferencia es que ya no se compone de canciones originales hechas para el juego. Ahora incluye un soundtrack de artistas reales y diversos géneros. Y en cada emisora se oye un género musical en particular. En algunas como “game FM” se escucha rap, mientras que en otras como “Flashback 95.6” solo reproducen new wave ochentero. La selección es muy variada. Pero particularmente me agrada mucho “Rising to the Top” de Sean Price y Agallah, y también “Rush Rush” de Debbie Harry. Las estaciones de radio agregan valor a los recorridos por la ciudad y brindan una experiencia que se acerca a la vida real con la música, los coloquios del DJ que recibe llamadas y los anuncios comerciales.


Grand Theft Auto III (PS2). Captura de Rockstar Games.


Grand Theft Auto III quizá no sea para mí la joya de la corona de Rockstar Games, a veces su narrativa de gánsteres cae rendida ante los clichés del librito y la jugabilidad presenta pequeños bugs, sobre todo cuando el protagonista que no nada salta hacia un bote en el mar o se queda atascado entre coches, pero como juego de acción y aventuras en formato sandbox me parece endiabladamente adictivo por la gran cantidad de misiones diferentes que pone sobre la mesa cuando asumo el papel del ladrón de poca monta en uno de los mundos abiertos más grandes de la PlayStation 2. Nunca me produce fatiga o aburrimiento. Cuando termina su episodio de crimen en la ciudad de la libertad, se dibuja sobre mi rostro una sonrisa de satisfacción.


Desarrolladora: DMA Design Limited 
Distribuidor: Rockstar Games, Inc.
Año: 2001
Género: Mundo abierto, disparos en tercera persona, carreras
Consola: PlayStation 2 (PS2)
Calificación: 8/10

Análisis de 'Grand Theft Auto III' para PS2, desarrollado por DMA y publicado por Rockstar Games. 

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