Mega Man, conocido como Rockman en Japón, es un videojuego de plataformas en desplazamiento lateral desarrollado y publicado por Capcom en el año 1987 para la consola Nintendo Entertainment System (NES). Su desarrollo comenzó a mediados de la década de los 80 cuando la compañía nipona planeaba adentrarse en el mercado de consolas domésticas que estaba resucitando a una industria de los videojuegos que apenas se reponía de un colapso financiero ocurrido años atrás. El equipo, encabezado por el productor de Street Fighter Takashi Nishiyama, incluía al director Akira Kitamura, el programador Nobuyuki Matsushima y el diseñador recién egresado de la universidad, Keiji Inafune, este último encargado de modelar los sprites del bombardero azul y sus enemigos robóticos. Aunque el concepto del juego estableció las convenciones de jugabilidad que estarían presentes en todas los juegos de la saga y adquirió cierta aclamación de parte de la crítica especializada de aquel entonces, no fue bien recibido por los videojugadores en occidente y se convirtió en un fracaso comercial (solo la horrenda portada de caja invita a no comprarlo). A pesar de las bajas ventas, Capcom lo convirtió en su mascota principal y el juego, además de iniciar una de las franquicias más longevas de videojuegos, a día de hoy mantiene el factor de diversión.
Este primer capítulo en la saga de Mega Man de NES lo pude jugar hace un día como parte de mi programa arqueológico que busca rescatar y analizar videojuegos retro que son cosa del pasado. Y a decir verdad, a pesar de la dificultad que casi me hace tirar el control por la ventana de la frustración, me parece un juego de plataformas bastante entretenido que incluso para los estándares de hoy tiene una jugabilidad contagiosa y un apartado gráfico de 8 bits que satisface mis retinas con sus robots y sus escenarios pixelados de tinte futurista. Quizá solo tenga minúsculas limitaciones que a veces pasan factura al entramado de esa jugabilidad, así como la citada dificultad desequilibrada y un pequeño glitch que es muy efectivo, pero no hay ningún momento que no me parezca solvente cuando controlo los engranajes de ese popular robot de casco azul que siempre me saca una sonrisa de nostalgia cuando por órdenes del doctor de la luz dispara su cañón para acabar con los enemigos de chatarra del científico loco inspirado en Einstein.
Este primer capítulo en la saga de Mega Man de NES lo pude jugar hace un día como parte de mi programa arqueológico que busca rescatar y analizar videojuegos retro que son cosa del pasado. Y a decir verdad, a pesar de la dificultad que casi me hace tirar el control por la ventana de la frustración, me parece un juego de plataformas bastante entretenido que incluso para los estándares de hoy tiene una jugabilidad contagiosa y un apartado gráfico de 8 bits que satisface mis retinas con sus robots y sus escenarios pixelados de tinte futurista. Quizá solo tenga minúsculas limitaciones que a veces pasan factura al entramado de esa jugabilidad, así como la citada dificultad desequilibrada y un pequeño glitch que es muy efectivo, pero no hay ningún momento que no me parezca solvente cuando controlo los engranajes de ese popular robot de casco azul que siempre me saca una sonrisa de nostalgia cuando por órdenes del doctor de la luz dispara su cañón para acabar con los enemigos de chatarra del científico loco inspirado en Einstein.
Según el manual de instrucciones, la historia del juego se sitúa en algún punto del año 20XX, donde una cuantiosa cantidad de robots han sido desarrollados por Dr. Light con la finalidad de ayudar a la humanidad. Sin embargo, un día cualquiera seis de esos robots humanoides creados por Light se salen de control y comienzan a atacar a los humanos. Los seis se autodenominan como Robot Masters y tienen nombres como Bomb Man, Guts Man, Cut Man, Elec Man, Ice Man y Fire Man. La mente maestra detrás de los robots forajidos es el Dr. Wily, el antiguo asistente de Light que no anda bien de la cabeza y desea crear un imperio de robots. El Dr. Light, al darse cuenta del plan de Wily, se dispone a combatir a los robot masters reconstruyendo a Rock, un antiguo robot de tareas cotidianas con amplio sentido de justicia que, tras unos días en el laboratorio, es reprogramado como un robot de combate al que se la otorga el nombre de Mega Man. Con el tiempo, Mega Man atraviesa seis escenarios diversos y derrota a los seis robot masters utilizando los núcleos infectados de las habilidades de todos ellos como armas para el contraataque. Dentro de una fortaleza gigantesca que resulta ser la guarida en la que el malvado Wily fábrica las réplicas de los robot masters, Mega Man sostiene una batalla final con el Dr. Wily y lo derrota dentro de su platillo volador, logrando así un instante de paz para regresar a casa con su familia, el Dr. Light y su hermana Roll.
El sistema de juego de Mega Man es uno de los primeros en presentar una opción de seleccionar los niveles sin ninguna linealidad preestablecida, permitiendo que uno pueda elegir a libertad cualquiera de los seis niveles introductorios sin ningún orden específico, aunque en efecto hay una secuencia que es imprescindible seguir para que el camino sea más fácil y coherente. Los seis niveles son mostrados como plataformas desde una perspectiva de desplazamiento lateral.
En cada nivel, controlo a Mega Man y mi objetivo es avanzar superando los obstáculos que se ponen de frente y los enemigos pequeños que salen por todas partes, con el fin de enfrentarme al jefe Robot Master que se halla en la recámara final.
Para lograrlo, Mega Man cuenta con acciones básicas como correr, saltar y disparar partículas amarillas de su brazo cañón conocido como “Mega Buster”. La munición del Mega Buster es ilimitada. Mega Man consta de dos barras. Primero, una que marca el estado de salud y el daño causado por los enemigos, y, segundo, una que muestra la munición limitada de las armas especiales. El indicador de salud gastado se restablece al absorber los núcleos de energía que los enemigos acabados sueltan al azar. Al acabar a un jefe al final de cada nivel, Mega Man asimila el ataque del Robot Master derrotado y recibe una de esas armas especiales (hay seis en total) que a su vez sirve para atacar la debilidad del jefe siguiente, creando una cadena de efecto que facilita el avance obligando a descubrir primero las debilidades de cada jefe antes del enfrentamiento con el arma a la que es vulnerable, aunque en el lado negativo, esos poderes tienen una munición limitada que se consume al disparar y que solo se puede reponer recolectando las células al azar que sueltan los enemigos que derroto. Se puede seleccionar el arma adquirida en el menú de inicio. Adicionalmente hay un ítem secreto en el nivel de Elec Man, el Magnet Beam, que permite que Mega Man dispare diminutas plataformas para escalar paredes y alcanzar lugares altos. Una vez que son derrotados los seis Robot Masters, también se puede acceder a la pantalla de selección de jefes para volver a visitar los niveles. Y es notable que los jefes aparecen de nuevo en la fortaleza del Dr. Wily, donde hay que eliminarlos uno por uno, además de los jefes adicionales, para entrar a la etapa final en la cual me espera el Dr. Wily en su robot mecánico.
Para ser uno de los juegos más significativos de su generación de plataformas, a día de hoy el engranaje técnico de Mega Man se ve bastante vistoso en su estado de 8 bits. Los gráficos concebidos por el equipo de diseñadores de Inafune logra crear sprites detallados en los diseños de los robots y los escenarios cibernéticos que tienen una rica paleta de colores. Incluso el pixelado de los personajes otorga un aspecto caricaturesco que personalmente encuentro muy vistoso. El único inconveniente es la lentitud ocasionada por la baja tasa de fotogramas cuando el escenario se llena de objetos y enemigos que dificultan al procesamiento de la consola, y la física descontrolada que se evidencia cuando Mega Man cae aceleradamente al vacío, quizá implementada por los desarrolladores para acentuar el peso del androide (el salto de Mega Man es más o menos restringido). Por otra parte, los efectos sonoros y los ruidos son bastante acertados capturando los estruendos de los ataques eléctricos. Y la banda sonora de Manami Matsumae, compuesta por piano y música electrónica, captura la vitalidad, el dinamismo y la tensión con cada tema arreglado para los niveles y los jefes, transmitiendo con mucha fidelidad el tono y el ambiente de la obra. Las piezas musicales arregladas por ella para los niveles de Cut Man y de Fire Man son tan icónicas y melodiosas que deben ser consideradas himnos nacionales.
Mi primer contacto con Mega Man se produjo hace muchísimos años atrás, cuando la NES todavía controlaba la guerra de consolas y cedía el paso a la SNES. En aquel entonces lo jugué de una manera esporádica y no recuerdo haberlo terminado por completo. Pero ahora que saldo la deuda, me encuentro con un juego de plataformas con un gameplay adictivo y un diseño innovador de niveles donde cada pasaje se conecta de manera inteligente. Quizá su dura dificultad puede ser un problema cuando se comienza a jugarlo por primera vez, pero no supone nada fuera de lo habitual una vez que se adquiere la experiencia necesaria y se vuelve un tanto sencillo. Y el sistema de puntuación, en el que obtengo una puntuación dada al derrotar a los enemigos y los jefes en cada nivel, no ofrece ninguna recompensa que valga la pena y se torna olvidable e innecesario (fue eliminado en las entregas posteriores de Mega Man). Pero sin lugar a dudas, se trata de un preámbulo imperdible del robot azul de Capcom, uno que, a mi juicio, tiene un valor de repetición intachable.
Desarrolladora: Capcom
Distribuidor: Capcom
Año: 1987
Género: Plataformas
Consola: Nintendo Entertainment System (NES)
Calificación: 7/10
Año: 1987
Género: Plataformas
Consola: Nintendo Entertainment System (NES)
Calificación: 7/10
Análisis de 'Mega Man 1' para Nintendo Entertainment System (NES), desarrollado y publicado por Capcom.
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