Se trata, hasta la fecha, del último juego en la franquicia de Star Fox Zero lanzado para una consola, como un reboot de Star Fox 64.
Star Fox Zero es un juego de disparos sobre raíles desarrollado por Nintendo EPD y PlatinumGames y publicado por Nintendo para la Wii U en el año 2016, en una época en que la fracasada consola estaba llegando al final de su ciclo generacional. Su desarrollo comenzó con los activos sobrantes compuestos por un juego inacabado de Star Fox que nunca pudo ser lanzado para la Wii. Del proyecto cancelado se dice que nunca tomó forma porque, en palabras de Shigeru Miyamoto, el equipo no pudo encontrar suficientes ideas nuevas y convincentes para él. Por esta razón, el propio Miyamoto contrató a desarrolladores externos para completarlo con mayor rapidez. En una entrevista se dijo que no era una precuela ni una secuela de los juegos anteriores de Star Fox y que funcionaba, más bien, como un reboot del Star Fox 64. Después de ser lanzado, los ejecutivos de la Gran N se pusieron las manos sobre la cabeza al darse cuenta de que no solo se convirtió en un fracaso de ventas, sino, además, en el menos vendido de toda la franquicia.
La moraleja detrás de su lanzamiento me induce a pensar que Nintendo no sabía qué hacer con la saga del zorro galáctico y optó por lanzarlo de forma apresurada para oxigenar el catálogo reducido de la Wii U con alguna IP reconocida antes del cierre de la generación. Y sospecho que esto es bastante cierto cuando paso más de tres horas presionando botones para llegar a razonar lo suficiente como para saber que, como juego de disparos sobre raíles, es un bodrio de naves espaciales que me aburre a perpetuidad con su incomprensible esquema de controles y una historia plana que nunca escapa del guion prefabricado de los héroes que salvan a la galaxia del dictador megalómano, algo que he experimentado una decena de veces en juegos más completos que este.
De entrada, su narrativa se ensambla sin muchas sorpresas y los personajes no tienen un desarrollo sólido más allá de las descripciones superficiales que reducen sus acciones a los clichés básicos de los héroes que intentan detener los planes de un villano malvado, pero sobre los estereotipos de animales antropomórficos por los que se conoce la saga. Tiene como protagonista a Fox McCloud, un piloto legendario de la fuerza espacial que, por órdenes del general Pepper, maniobra su nave Arwing por el espacio junto a sus inseparables amigos (Falco Lombardi, Peppy Hare y Slippy Toad) con la finalidad de combatir a Andross, un emperador siniestro que tiene la intención de conquistar todo el sistema Lylat con su flota intergaláctica comandada por Star Wolf. En su misión peligrosa, Fox atraviesa planetas como Corneria, Zoness, Titania, Fichina y Fortuna antes de ponerle fin a la amenaza en el planeta Venom y restaurar el orden en el sistema solar, descubriendo de paso la responsabilidad heredada de su fallecido padre.
En términos generales, la jugabilidad retiene en gran medida las propiedades características de las anteriores, donde controlo a Fox mientras pilota su nave Arwing a través de varios niveles en los que suele recibir la asistencia de sus tres compañeros. La aeronave puede realizar técnicas especiales como el disparo cargado, el giro del barril, los saltos mortales, el impulso de aceleración y los giros en U para evadir a los enemigos cercanos. Además de los disparos, la potencia de fuego del Arwing puede ser mejorada con los ítems de mejoras láseres y las bombas adicionales que se hallan distribuidas en varias partes del escenario. Se incorpora, además, la opción de que el Arwing se transforme en un Walker bípedo (que se originó en Star Fox 2), que permite caminar libremente en plataformas y espacios cerrados. También están disponibles vehículos como el tanque Gravmaster, que ataca desde el terreno y puede realizar maniobras aéreas prolongadas durante un corto período de tiempo; así como el Gyrowing, una especie de helicóptero con forma de dron que puede desplegar un pequeño robot para acceder a espacios pequeños, hackear computadoras y arrojar objetos a los enemigos.

El objetivo de cada nivel es avanzar y disparar a los diversos enemigos que se aparecen en el camino, mientras se busca medallas secretas. Los anillos plateados o dorados mejoran la salud de la aeronave de Fox en caso de que reciba gran daño, pero si llegase a ser destruida, se puede reiniciar la misión fallida a cambio de una de las tres vidas asignadas para volver a intentarlo desde la última fase alcanzada. Los niveles se dividen en múltiples fases que marcan puntos de control. El sistema de guardado asegura que el progreso de la misión no se pierda y sea indispensable para los enfrentamientos con los jefes más duros que aparecen al final del nivel. Al final de la misión se recibe una puntuación por el desempeño a modo de recompensa.
El inconveniente que encuentro de esta jugabilidad, no obstante, es que se vuelve irremediablemente aburrida porque las misiones carecen de sorpresa y, por lo regular, se pliegan sobre la mecánica repetitiva de disparar sin proporcionar una retroalimentación en medio del caos de niveles como Sector Gamma, Sector Beta y Sector Alfa. Los NPC que me asisten son autómatas inútiles que funcionan solo como accesorios cosméticos para subrayar un modo cooperativo que es demasiado convencional, y la ausencia de dificultad de los enemigos hace que todo permanezca sobre una simplicidad que es infantiloide, a pesar de que algunos jefes suponen un desafío decente. Pero lo peor de todo, dicho sea de paso, radica el incómodo esquema de control que pone a prueba mi paciencia y varias veces casi me obliga a tirar el mando por la ventana.
En un principio, estos controles tienen una presentación que, en apariencia, luce novedosa cuando se mezcla la información visual de la pantalla de la TV con la pantalla del GamePad en la que se muestra una vista de la cabina para ayudar a apuntar. El juego se controla con la palanca de control izquierda utilizada para maniobrar la nave y con los botones normales para realizar acciones básicas, mientras que los controles giroscópicos se pueden usar para apuntar las armas. El botón menos del GamePad se puede utilizar para intercambiar las dos pantallas en cualquier momento. Sin embargo, al transcurrir cada una de las misiones se comienza a manifestar el barullo de una configuración de botones que refleja las decisiones erráticas que tomaron los desarrolladores en las oficinas al otorgarle prioridad a la segunda pantalla para los controles de movimiento. Esto me produce un tedio que se subraya, entre otras cosas, con la aparición de los vehículos transformables y la puntería errática que me lleva, en más de una ocasión, a fallar los tiros por la escasa precisión del giroscopio.
A pesar de estos tropiezos, admito que el apartado gráfico es un poco competente al intentar capturar la esencia de Star Fox 64 con una estética limpia y estilizada. El detalle de los escenarios se ve vistoso cuando se renderiza cada uno de los distintos climas planetarios y los entornos espaciales, prestando especial atención a los destellos, los colores y la iluminación que amplifica la autenticidad de las batallas. Los modelos de las naves y personajes, de igual modo, poseen texturas tridimensionales que subrayan los rasgos físicos de los animales como pilotos antropomórficos, sin perder de vista ese aspecto caricaturesco que le añade una dimensión a las características de sus personalidades. Además, efectos como el desenfoque en las aceleraciones y las explosiones le otorgan dinamismo a la acción de los combates. El único fallo, quizás, se halla en el bajo rendimiento que conduce, en varias misiones, a una pérdida de fotogramas por segundo que afecta la estabilidad del juego, dando la sensación de que la sobrecarga de elementos visuales exprime el poder de procesamiento del hardware de la consola.
Por otro lado, el dispositivo sonoro del juego mantiene el espíritu orquestal de las antecesoras de una forma aceptable, con composiciones que rememoran temas icónicos de las predecesoras. Sin embargo, aunque la banda sonora cumple con su papel de ambientar la acción, muchas piezas no tienen el impacto y la memorabilidad de las melodías orquestales clásicas, quedando en un eco funcional que simplemente me resulta poco inspirador. En cuanto a los efectos de sonido, las explosiones, los disparos láser y los propulsores de las naves tienen algo de fidelidad en la respuesta auditiva. El punto más débil, no obstante, está en las voces del doblaje que trata de recrear el estilo de los diálogos en tiempo real de Star Fox 64, pero al ser reproducidos a través de los altavoces del GamePad en lugar de la televisión, hay una carencia constante en el sentido de la inmersión y la claridad del audio en estéreo que solo irrita mis orejas.
En resumen, me atrevo a decir que este Star Fox Zero es una de las peores entregas desarrolladas en los laboratorios de Nintendo EPD. La jugabilidad, afectada por una configuración forzada con el GamePad, resulta ser la parte más innecesaria por su terrible menoscabo de accesibilidad. Y si bien tiene misiones secundarias que se desbloquean al finalizar el juego y al hallar los ítems ocultos en el camino predeterminado de algunos niveles, tengo la sensación de que ni siquiera posee un factor de repetición debido a las incongruencias que hay detrás de su diseño y ejecución en los dos modos centrales de juego. La compatibilidad con figuras Amiibo es un accesorio cosmético desechable. La falta de una dirección clara pone en evidencia que, en última instancia, la serie de Fox, incluso con sus buenas intenciones, aún no ha encontrado el rumbo ideal para evolucionar en el estancado mercado de disparos sobre raíles.
Desarrolladora: Nintendo EPD, PlatinumGames
Año: 2016
Género: Disparos sobre raíles
Consola: Nintendo Wii U
Calificación: 5/10
Año: 2016
Género: Disparos sobre raíles
Consola: Nintendo Wii U
Calificación: 5/10
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